De las Antenas Gigantes a la Palma de tu Mano: Un Viaje por la Comunicación
Hoy quiero contarles cómo mi vida, y mi trabajo, han sido un reflejo de ese cambio, de esa inmensa evolución que ha conectado al mundo. A principios de los 90, en mi querido Pátzcuaro, Michoacán, la idea de ver televisión de otro país o de tener una señal diferente a la que ofrecía el canal local era algo de ciencia ficción. Recuerdo que había una sola señal, y a veces ni esa. Pero yo siempre fui de las que ve un negocio donde otros ven un problema. Así que me metí de lleno en la aventura de llevar las primeras antenas parabólicas. ¡Eran monstruosas! Tan grandes que parecían platillos voladores caídos del cielo. Eran unas estructuras de metal de casi dos metros y medio de diámetro, y la gente me miraba con una mezcla de curiosidad y desconfianza. ¿Y cómo no? El costo era una barrera enorme. Pero mi formación como contadora me sirvió para algo: armé planes de pago a la medida de cada familia, para que pudieran acceder a ellas. Me tocaba de todo: desde negociar con los proveedores hasta subirme al techo para ayudar a la instalación. Me gustaba ver cómo las familias se reunían alrededor de la televisión, explorando canales que nunca imaginaron ver, y como yo les decía, "encontrando más de una fuente de comunicación más allá del entretenimiento". De repente, podías ver noticias de Estados Unidos, o programas de otros países. Era una ventana al mundo. ________________________________________ De los "Ladrillos" al Internet de las Cosas La tecnología avanzaba a un ritmo vertiginoso. Unos años después, aparecieron los primeros teléfonos celulares. Y yo, que ya le había perdido el miedo a la tecnología, me metí en la venta de esos "ladrillos" que eran los Motorola StarTAC. ¡Eran tan caros y pesados! Pero la gente los quería. El poder de hablar desde cualquier lugar era, en su momento, algo tan revolucionario como las antenas parabólicas. Recuerdo que esos primeros teléfonos funcionaban con una tecnología que se llamaba TDMA. Era una maravilla. El teléfono se conectaba a una red de torres que enviaban y recibían señales de radio. Me tocaba armar los mismos planes de pago, y la gente hacía filas para tener uno. No era solo un teléfono, era un símbolo de estatus, de progreso, de libertad. Con el tiempo, esos "ladrillos" evolucionaron. Pasamos de las llamadas a los mensajes de texto, a la navegación por internet, a los smartphones. Hoy, mis nietos tienen en sus manos un teléfono con pantalla táctil, ya sea un Android o un iPhone, que hace las veces de cámara de fotos, computadora, y hasta de guía turística. La comunicación ya no es solo de voz, es de datos, de imágenes, de videollamadas. Nos enteramos de todo al instante. ________________________________________ Del Vendedor al Aliado Estratégico He visto un cambio tremendo en la forma de hacer negocios. En mis tiempos, el vendedor era el que tenía el conocimiento, el que llevaba el producto y convencía al cliente. Hoy, en el mundo B2B, el negocio no está solo en la venta de un producto, sino en la consultoría, en la solución. Ya no se trata solo de vender una antena, sino de ofrecer una solución de conectividad. Ya no se trata de vender un teléfono, sino de ofrecer una plataforma de comunicación y gestión. He aprendido que las ventas son más que una transacción: son una oportunidad de entender las necesidades del cliente y ofrecerle una solución integral. Desde mi perspectiva, el futuro de la comunicación no está en el hardware, sino en cómo se usa para conectar a las personas y a las empresas. Mis antenas parabólicas no solo trajeron televisión, trajeron información y abrieron mentes. Mis celulares no solo permitieron llamadas, sino que crearon un puente entre las personas. Y hoy, la tecnología que ustedes venden, tiene el potencial de hacer mucho más. Quizás el mayor desafío de todos, es no dejar de sorprendernos. Si yo, con 77 años, sigo viendo el potencial de la tecnología, ¿qué los detiene a ustedes?
Mariana Avilés_ Contadora, Emprendedora y Luchadora social.
8/21/20251 min read
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